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Biografía del silencio

asato ma sadgamaya tamaso ma jyotirgamaya mrtyor ma amrtam gamaya

om shanti shanti shanti.

Conduceme de lo irreal a lo real

Conduceme de la oscuridad hacia la luz

Conduceme de la muerte hacia la inmortalidad

Om paz, paz, paz


Ya no me acuerdo como tropecé con Pablo d'Ors y su magnifica “Biografía del silencio.”. Si me acuerdo de que cuando lo leí la sensación era la de “Eso a mi me pasa... eso también. Fíjate, eso soy yo.”. Prácticamente todo el libro es como un reflejo de uno mismo. Imagino que no pase lo mismo con todos. Pero seguro que todos los que se sentaran alguna vez en silencio descubren en sus lineas algún espejismo.

Sentarse en silencio es lo único que hay que hacer. Desde ahí un mundo entero se revela y no siempre es un mundo bello y armonioso, pero sí será un mundo nuevo. Para quién siente el impulso de sentarse em silencio sin nada más que a uno mismo Pablo d'Ors es una referencia.

Sacerdote jesuita, incorpora en su pensamiento todas las tradiciones. Ha estado con maestros budistas y considera a su maestro Franz Jalics y Elmar Salmann, ambos sacerdotes con una visión muy amplia de la espiritualidad, porque en el fondo de nuestro ser la única religión es esa relación intima y profunda que uno desarolla con uno mismo.

Mientras leía el libro por tercera vez me fije que algunas de sus frases recuerda el famoso Mantra de los upanishades que aparece arriba. La meditación es un guía hacia lo real, hacia la luz... hacia la inmortalidad.

1.asato ma sadgamaya Lo bueno de la meditación es que, en virtud de mi ejercicio continuado, empecé a desechar de mi vida todo lo quimérico y a quedarme exclusivamente con lo concreto. Como arte que es, la meditación ama la concreción y refuta la abstracción. Quién abandona la quimera de los sueños, entra en la patria de la realidad. Y la realidad está llena de olores y texturas , de colores y sabores que son de verdad. Claro que la realidad puede ser torpe o excesiva, pero nunca defrauda. Los sueños, en cambio, sí que nos defraudan. Más aún: la naturaleza del sueño, su esencia, es precisamente la decepción. El sueño siempre se escapa: es evanescente, inasible. La realidad, por el contrario, no huye; somos nosotros quienes huimos de ella. Hacer meditación es tirarse de cabeza a la realidad y darse un baño de ser. “

2.tamaso ma jyotirgamaya Al principio, por su oscuridad, para guiarse por ese refugio se precisa de una linterna: pero luego nuestros ojos se van acostumbrando a las tinieblas y, al cabo, ni siquiera se comprende cómo, para estar ahí, pudimos un día necesitar de la luz artificial. ¡Está todo tan claro! ¡Todo resulta tan luminoso! “

3.asato ma sadgamaya [Cuando meditamos] Habitamos en otro país, poco frecuentado, y atravesamos los campos de batalla sin ser heridos. No es que las flechas no se nos claven o las balas no se hundan en nuestras carnes; pero ni nos derrumban esas balas ni esas flechas hacen que brote la sangre. Salimos de esos campos de batalla acribillados, pero vivos: caminando y sonriendo porque no hemos sucumbido y nos hemos demostrado nuestra eternidad. Meditamos para ser más fuertes que la muerte.”

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