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Meditación según el Baghavad Gita


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Arjuna en la previa de la mayor batalla de todos los tiempos es invadido por una angústia desmedida ante la posibilidad de tener que enfrentarse a sus seres queridos. Esta contienda interna es la que todos seres humanos enfrentamos cuando no sabemos cual es la acción correcta. Dios es obligado a intervenir ante tamaña responsabilidad. La debilidad humana necesita el apoyo divino. Se entabla una conversación desigual entre Krishna, cuyos propósitos ya están definidos (Arjuna luchará) y el pobre guerrero que se debate ante la incertidumbre.


Sea este escenario una conflicto bélico real o una tormenta psicológica la cuestión es siempre ¿Qué debo hacer?


Krishna presenta un abanico de posibilidades donde el control mental es clave. El capítulo 6 está titulado Dhyana Yoga, el Yoga de la meditación y presenta la tecnología necesaria para llevar a cabo dicho dominio.


V.19 Así como una lámpara en un lugar sin viento no parpadea, así la mente disciplinada de un yogui permanece firme en la meditación sobre el Supremo.


Una mente desenfocada no toma las decisiones correctas, no busca lo que le es beneficioso. Somos todos un poco bipolares. Alternamos entre nuestro “Ser Inferior” y nuestro “Ser Superior”. Cuando el último asume el control encarnamos la mejor versión de nosotros.


V.5 Elévate mediante el poder de tu mente y no te degrades, pues la mente puede ser amiga y enemiga del ser.


El control mental nos empuja hacia arriba. La cima la decidimos nosotros. El Baghavad Gita es un texto religioso. Dios es la meta más elevada. Si no estás en el camino espiritual la meditación también es buena compañera. Te lleva hacia la calma, la salud, el discernimiento, el desapego compasivo, la ecuanimidad. Entonces tu vida mejora.


V.7 Los yoguis que han conquistado la mente trascienden las dualidades del frío y el calor, la alegría y la tristeza, el honor y el deshonor. Dichos yoguis permanecen pacíficos e inquebrantables.


Krishna da instruciones muy practicas a Arjuna de como, cuando y en que condiciones se medita.


V.10 Quienes buscan el estado de Yoga deben residir en reclusión, dedicados constantemente a la meditación con mente y cuerpo controlados, desprendiéndose de los deseos y las posesiones para el disfrute.


V.11 Para practicar yoga, se debe preparar una postura (āsana) en un lugar sagrado, colocando hierba kuśh, piel de ciervo y una tela, una encima de la otra. La postura no debe ser ni demasiado alta ni demasiado baja.


V.12 Sentado firmemente sobre ella, el yogui debe esforzarse por purificar la mente concentrándola en meditación con un enfoque preciso, controlando todos los pensamientos y actividades.


V.13 Debe mantener el cuerpo, el cuello y la cabeza alineados, y fijar la mirada en la punta de la nariz, sin permitir que los ojos se desvíen.


V.14 Así pues, con una mente serena, intrépida e inquebrantable, y firme en el voto de celibato, el yogui vigilante debe meditar en Mí, teniéndome a Mí como único objetivo supremo.


V.16 ¡Oh Arjuna!, aquellos que comen demasiado o demasiado poco, que duermen demasiado o demasiado poco, no pueden alcanzar el éxito en el Yoga.


V.17 Pero aquellos que son moderados en la alimentación y el ocio, equilibrados en el trabajo y mantienen un sueño regular, pueden mitigar todas las penas practicando yoga.


Cuando Arjuna se queja apesumbradamente que controlar el viento es algo imposible la solución presentada se acerca a los Yoga Sutras: abhysasa y vairagya. Practica y desapego.


V.35 El Señor Krishna dijo: ¡Oh, poderoso hijo de Kunti, tienes razón! La mente es, en efecto, muy difícil de refrenar. Pero con práctica y desapego, se puede controlar.


La idea de sentarse a meditar es más antigua que Matusalén, y no es exclusiva de las tradicciones orientales. Los valores morales asociados, muchas veces, también coinciden.


V.29 Los verdaderos yoguis, al unir su conciencia con Dios, ven con igual mirada a todos los seres vivientes en Dios y a Dios en todos los seres vivientes.


De aquí yo podría leer que todos somos iguales antes Dios o, no hagas al projimo aquello que no te gusta que te hagan a ti (leis morales del Cristianismo).


Talvez la discusión más pertinente sea sobre la funcionalidad del tipo de sociedad que nace en el seno de cada tradición, pero eso no es el objectivo de este artículo.

 
 
 

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