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Practicar Yoga, un viaje

Decía José Luis Borges que no existen libros sagrados, es la intención con que te

acercas a ellos que los hace sagrados.


El yoga no es religioso ni sagrado. No es una acrobacia ni un espectáculo. Sin

embargo, puede ser todo eso y mucho más. Tu actitud se refleja en tu yoga. Si

buscas paz mental, el yoga es una herramienta de reducción de estrés. Si tienes el

cuerpo contracturado, el yoga es un masaje regenerador. Si estás enfermo, el yoga

es fuente de salud. Si quieres ser flexible, el yoga te lleva a los límites de tus

ligamentos. Si la iluminación es tu meta, puedes contar con el yoga. Podríamos

continuar así hasta el infinito, pero es obvio que si necesitas algo sagrado en tu vida

puedes hacer de tu práctica tu plegaria y si aprecias la belleza, tu cuerpo en

movimiento será tu modelo.


Cada uno parte de un lugar para llegar a otro y puede que cambie de ruta o elimine

objetivos sin sentido. En el medio está el yoga que nos une, que une a todos estos

buscadores tan dispares y a la vez tan cercanos.


A veces el medio se vuelve el fin y entonces practicar yoga pasa a ser el motor de

nuestras vidas, nuestro alimento y razón de vivir. Los antiguos yoguis buscaban

incesantemente la realización personal, esa luz de la que tanto se habla y tan poco

se ve. Esa luz puede ser mi centro y mi conciencia, pero también mi familia, mi mujer

y mis hijos. Puede ser mi trabajo o mi hobbie. El Yoga te va ayudar sea cual sea tu

intención. Lo importante es acercarse a él con sinceridad y devoción. Confía en la

práctica, sea esta física o mental, confía en que cuando te metes en un barco

llegarás a la otra orilla aunque delante de tus ojos solo veas el azul del inmenso

océano.


Seguramente será un viaje largo pero como decía el poeta: “el camino se hace al

andar”.


Tipos de yoga

Existen muchas formas de yoga. La evolución y diversificación también llegó al

mundo del yoga que tantos asocian a prácticas milenarias e inmutables. Es verdad

que hay cosas que se mantienen desde hace muchos siglos pero el abordaje

siempre se adaptó al hombre de cada época.


Vivimos una época de sedentarismo, por eso el cuerpo y la respiración se han vuelto

fundamentales en un primer acercamiento al yoga. El hatha yoga y sus variadas

formas (ashtanga Vinyasa yoga, iyengar yoga, vinyoga, sivananda yoga, jivamukti

,bikram, etc, etc) nos dan precisamente eso. Después toca al profesor adaptar las

técnicas al individuo y de ahí viene la eficacia de la práctica.


Todas las prácticas tienen por detrás una actitud contemplativa, de observación

hacia uno mismo. Algunos estilos entran directamente en este campo: kundalini

yoga, meditación transcendental, Brahma kumaris y otros.


De una forma general existen cuatro grandes herramientas disponibles: posturas

corporales, respiración, relajación y meditación, que combinadas entre sí forman una

innumerable cantidad de estilos de yoga.


El practicante debe acercarse y probar. Esperar que resuene y cuando sienta dentro

de sí aquella certeza, aquel enamoramiento que dice: “es esto lo que quiero”,

entonces debe saltar de cabeza sin mirar a atrás. Este es el primer paso.


“Este viaje de mil leguas empezó con un paso.” -Lao Tsé

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